Desde la Sala de los Divanes -Introducción-


Unas quintillas para presentar un tropel de ‘barraganes'

Hubo un gobierno elegido
por aquel pueblo ‘infalible’.
Son malos tiempos venidos
desde polvos sustraídos
vueltos en lodos terribles.

La sala de los divanes,
allá se miran muy serio
decidiendo cual gañanes.
¿Un asilo de haraganes
por el poder sin criterio?

Desde cada sillón miran
la mesa en lo sustraído,
sin ningún pudor conspiran
y entre corridas deliran
viendo cuanto es distraído.

Y es el tiempo que va andando
en las dudas razonables.
Al pueblo van ventilando
y éste termina pensando
que todos son miserables.

Tunantes de mal guante
elegidos por votantes
que esperaban el trabajo
y que no llegara el hambre.
¿Son farfantes como grajos?

Y, así con los divanes
en una cómoda sala
hacen corridas y planes
por la vida desgraciada
de este pueblo en sus desvanes.

-Abril de 2013, la actualidad política me mueve a hacer alguna composión satírica en relación a las noticias de actualidad que se publican sobre los gobernantes. La inspiración de la Sala de los Divanes está basada en las viñetas de un medio de comunicación escrita que representaba a dos presidentes de nuestro país tumbados en divanes, uno de ellos pensativos y otro tranquilamente fumándose un puro como si gobernar fuera esperar a los acontecimientos y a que las soluciones vengan por sí solas. Así se me han ocurrido estas quintillas sobre un gobierno ficticio de un país ficticio que reuniera todos los desaguisados posibles puestos sobre las páginas de los medios de comunicación. Por ello, cualquier parecido con la realidad viene de la inspiración en el diván, ya que por el pensñe en 'la sala de los divanes' como el sitio de reunión del gobierno de aquel país ficticio. Estas composiciones, en principio estuvieron pensadas para presentarlas al concurso de 'chilindrinas de Jaén, y a partir de hoy las compartiré con vosotros... Estos versos no son más quie una crítica política sobre una ficción basada en un tiempo, en ningún momento quieren atentar contra la dignidad de nadie...

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