Desde la Sala de los Divanes - Un soneto en lugar de quintillas (3ª entrega)
Cuentan por los mentideros que un día hubo un ministro y que
hablaron con su padre que antaño estuvo a ‘la derecha’ en el gobierno; y dicen
los mentideros que aquel hombre con voz fuerte y serena les dijo ‘no se engañen
ustedes, que a mi derecha siempre tuve a mi hijo’. Y es que después la baba se
amarga como las tueras y se recuece en la sangre cuando se quiere fingir lo que
nunca se ha sido… Y por él, en lugar de quintillas, un formal soneto escribí,
me parecía más propio y más sutil.
En la mesa de un escribano ‘tirio’
son dictados de un cínico ‘troyano’,
fabricado el dolor entre el delirio,
en líneas de caspa y ajadas manos.
No desea juicios con leyes justas
sólo el escarnio de ‘los
inmorales’
que atentan contra las leyes vetustas,
que son las dadas por ‘los
inmortales’.
Nunca escucha preces llanas, son 'raspa',
su mano para el fallo es prevenida,
pues su alma siempre en gracia por la caspa.
Su excusa, que amarga a tantos, la Vida.
Oscuros caminos llevan sus 'aspas',
pues no hay gobierno en inquinas torcidas.
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