Beber los vientos - ©Nártleb - 27 de agosto de 2015
No dejes de enamorarte
por miedo a perderte
Si bebes los vientos
los ojos se ensanchan en las retinas,
la sangre la sientes vuela que corre,
y las venas te hierven,
¡Ay!, si bebes los vientos,
la garganta se encoge temblorosa
por entre el verbo silente y sordo
que suspira en llamas.
¡Ay!, si bebes los vientos,
sabes de mundos soñados y sueños
de tactos inventados en la noche
sobre virtuales fuegos.
¡Ay! si bebes los vientos,
el azoge te atropella a su lado
hasta que la llama prende el fuego
en besos que son brasas.
¡Ay!, si bebes los vientos
y el frío en incurias te cogió el tiempo
en un disfraz cosido de desaires,
vuela y vuelve a beber,
que sin beber los vientos
serás náufrago de cuerpo y alma,
sabrás de tormentos y soledades
en la ausencia de brisas.
¡Ay! si bebes los vientos
aunque te hundas en los vuelos del tiempo
sabrás que no hay amargura en los soplos
solo espera y abrazos.
Así, bebe los vientos
se libre de las arenas del tiempo
recuerda que el amor existe y duele
y más duele su ausencia.
No dejes de beberlos
que la amargura nunca está en los vientos
para un velero presto a navegar
en los mares de sueños.
Aprende a enamorarte en
cada aurora
tras el bálsamo del
sueño de los besos en los besos.
Un alma camina y canta
en latidos del silencio,
anda y le sonríe la cara;
por ella bebe los vientos.
Un nombre lleva prendido,
en la garganta, de un verso,
del alma la voluntad
y en los labios mil besos.
Mirad que nunca, nunca
dejéis que vuestra alma
no se prenda de un verso
y no beba los vientos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBebe los vientos
ResponderEliminary deja volar poeta tu alma
que entre los alamos cientos,
encontraras la tan deseada calma.