POETA ¡ROTUNDO?

©Nártleb – 23 de febrero de 2014   Agua cantarina, agua de los lirios, de los berros agua; blancas lavanderas, caricias del agua. Agua cantaora, agua de los trinos, de la azada agua; cantan las currucas los saltos del agua. Burladora y viva, en el cauce y vuelos la canción tranquila. Agua blanca y fría bajo un cielo limpio, de las nieves agua; son los arrendajos en ecos del agua. Agua trovadora acunada en juncos en cantes del agua, tornan carriceros con las nuevas aguas. Burladora y viva, en el cauce y vuelos la canción tranquila. Agua en correrías en la primavera, alegría en aguas; trinan los jilgueros en las vivas aguas. Agua burladora en rodados cantos, lacerada el agua; son los verderones gorjeos del agua. Burladora y viva, en el cauce y vuelos la canción tranquila. El agua tranquila sobre grises limos, cristalina el agua; cánticos corales y el rumor del agua. Agua siempre

-En memoria de Antonio Machado y Federico García Lorca- © Nártleb Una lágrima en un verso caminando en las entrañas; por entre las soledades sin miedo a las guadañas miraste de frente al mundo desde una arena extraña. Una lágrima en un verso que la tinta negra baña y desarma el sentimiento. Y siempre las hondas palmas en la muerte del poeta desde aquella hoz de plata. Una lágrima en un verso, por los aires de Granada, que hoy como hielo siento en el túmulo de grana, que 'ambos' sois altas torres en las claras madrugadas. Una lágrima en un verso en las carreras del agua, que dos crímenes sin alma fueron por verdugos fieros en tiranías tramadas dentro y lejos de Granada. Una lágrima en un verso, soledad en mi recuerdo. En tu llana compañía en las noches y sus duelos son y fueron tantas huellas de este humilde compañero. Una lágrima en un verso que hoy me cruzó el alma por entre álamos y acequias sob

- ©Nártleb- ....   Se suceden los recuerdos y veo que se extiende la verde hierba por las sendas que anduve un día. Miro adelante con deseo de andar por el terreno de ayer, deseo de nuevo la brisa en mí, en mi rostro y el rocío en mis sienes; y deseo el silbido de entre las ramas, las brisas calmas del canto de esforzadas gargantas en la aurora; deseo el trino del agua que corre clara y deambula por acequias, regatos y por venas; deseo tantos y tantos y tantos pasos; deseo sin nostalgia  poder reencontrar las pisadas hechas, sus huellas. Ahora soy en movimiento y no paro, ni quiero; y, atajo la senda oculta por la hierba más verde. ....