POEMAS EN TIEMPOS DE CONFINAMIENTO

Cualquier sitio es bueno para un poema, la poesía se hace verdadera cuando su raiz está en las emociones y los sentimientos del lugar y el instante. Con esta serie de poemas, sin adjetivaciones ociosas, no se tiene mayor pretensión que compartir pasos en esos caminos virtuales (o no) de esas coordenadas que van del juicio al pecho y viceversa. -Francisco Beltrán​-

Fotografía original de F.B.S.


EL SILENCIO DESGARRÓ EL TÍTULO DEL POEMA
©Francisco Beltrán –Chauchina, 8 de junio de 2020

A quienes les asedia el dolor silencioso y sus dudas.

El silencio del dolor,
garra sin alma en la entraña:
los ojos de la duda en el espejo
y una lágrima fugaz que inunda
el instante del miedo.

A esta orilla del tic-tac
ya no importan las agujas:
resuena un vacío de palabras
y se hace de la huella en el desierto
un oasis de esperanza
en los golpes del vivir.
Quedan sueños en el viento
reinventando el color de la penumbra
en la astucia de la luz en las aguas,
y a pesar de las dudas
este tiempo en la derrota
es un vuelo más que libre
navegando en la fiera singladura:
lo aprendí de los ojos de mi madre
en aquel tiempo de niño,
que llorando sus silencios
en aquel mundo de sueños,
se le abrieron mil caminos de su mano
inundados de sus ojos y sonrisas:
en las huellas, nuestros pasos
y el silencio del dolor.


EL POETA QUE ME MIRA
((c) Francisco Beltrán Sánchez - Chauchina 5 de junio de 2020)
“No hay dolor en la voz. Sólo existen los dientes,
pero dientes que callarán aislados por el raso negro.
No hay dolor en la voz. Aquí sólo existe la Tierra.
La tierra con sus puertas de siempre
que llevan al rubor de los frutos.”
FEDERICO GARCÍA LORCA
- Panorama ciego de Nueva York -


Miro los ojos que me miran

y habito el color de los sentimientos.
El inmenso blanco es un mar
cercado en las cuencas,
orillado en el piélago irisado que se abisma
hace del instante el misterio sin tiempo.

Allá,
en el silencio oscuro del sol
donde se traduce el sentir diáfano de los huesos,
se calma el rojo brutal del incendio en las venas.

Allá,
la extensión visceral del pulso
te condensa la sangre de todos los ríos,
la tristeza de todas las lluvias,
la mirada turbada de todos los escombros,
la incertidumbre de todas las olas y arenas,
la memoria del color en cada sentimiento.

Allá,
desde acá,
hay un vuelo de palomas negras
que hace del rojo en los crepúsculos
un caballo de crines blancas
en las aguas que serán otra primavera,
en el verde de un te quiero con la libertad del viento.

Acá,
vuelve a cantar el agua en la garganta del grillo,
vuelve la tierra a exhalar la fragancia de los cuerpos,
vuelve a entornar sus ojos de plata una luna gitana,
vuelven a rodear las cinturas los brazos incoloros del viento,
vuelve serenamente otra aurora sobre la muerte,
vuelven a volar los cabellos y la mariposa más allá de los tinteros,
vuelven y vuelven los rostros con la serenidad gris del recuerdo,
vuelven las anatomías oprimidas sobre las últimas cenizas,
vuelve el universo salamandra sobre el musgo de las máscaras,
vuelve el tropel del duende y la locura de los espejos,
vuelve la  danza de los veleros entre las columnas de carne,
vuelve el bullicio tras la lupa indecente sobre el pergamino,
vuelve el corazón por entre los andamios de las fábulas,
vuelve la sed de paz a las desembocaduras degolladas,
vuelve la piel de taberna cansada sobre la alerta de ojos de vaca,
vuelve el traje abandonado en los hombros a ser pájaro,
vuelve el huracán de los versos por las altas esquinas de las alamedas,
vuelve el amor definitivo en una manzana de jardín estercolado,
vuelven los violines a montar sus cuerdas sabiendo de las fragancias finitas;
acá,
bien por ahora, Federico.

Unos pies de sombra declaman el camino en silencio,
un poema en los ojos del poeta que me miran,
sencillamente brota un verso tras otro...



AFILABA LA TARDE LOS MUROS
(F. Beltrán - Abril 2020)
A todas las víctimas en esta primavera confinada.

Afilaba la tarde las costuras del día,
un pespunte de canela y sangre
en los gusanos de viento
sobre las horas perezosas
de las calles y caminos solitarios,
en silencio.

En la nostalgia de nuestra solitud
la soledad se ha posado a este lado de la casa,
la calle se ha hecho un muro
y la ciudad se ha contraído
hacia dentro de puertas y ventanas.

Ya sabíamos que en la piel del tiempo
no hay certezas, 
y ¿hemos aprendido
que las geografías son un álgebra
en las manos de la Tierra,
que no hay ciencia, ni técnica,
ni tecnología que las sustente,
por encima del libre albedrío de la Vida?

Hay un leve olor a jazmín
que lucha con el tenue azahar,
el patio ha abierto sus ojos
en fragancias de color ante la flor rosada
del pruno ‘proterante’ junto al pozo:
ha llegado la primavera
y sin embargo nada parece lo mismo que siempre.

Hoy la lluvia se ha dignado a sumarse a mis lágrimas,
después ha escampado.

Hay un duelo
en el canto del mirlo
como un presagio de noche y muerte.

Qué tristeza es morir en primavera
más aún
sin el puerto de otros ojos,
sin la amarra de otras manos,
sin el beso y el abrazo de ‘el adiós’.


A M TÍA PILAR
(F. Beltrán - Abril 2020)

 (En el dolor de su pérdida el 8 de abril de 2020, con todo mi cariño y gratitud)

Era una sonrisa
a la puerta del encuentro,
una mano tendida
en la rendija de esa luz que lucha con las sombras,
era un soplo de vida
haciendo de cada instante una aurora,
era un corazón a pecho abierto,
una firme serena capitana de navío en la tormenta.

Fue desde las alas de niña
una lluvia generosa y libre,
una siembra hecha de esfuerzo,
una cosecha a pesar de las heridas profundas…

Sí tía Pilar,
hoy nos dejas en el frío de tu ausencia en una lágrima
en el completo silencio de este tiempo cincelado a fuego,
hoy queda en la habitación de nuestras retinas
ese rostro que nunca perdió la alegría,
nunca,
siendo huérfana, hija y hermana,
siendo esposa, madre, abuela y tía,
siendo un  jardín con Berto en el complejo aroma de los días.

Hoy en este final injusto,
que como una injuria indebida ha vencido a tu cuerpo,
te has ido en tu noche más larga,
en una soledad que nunca mereciste,
hoy,
llevas contigo una primavera en nuestros corazones
a pesar del dolor que hoy nos parte en tu partida.

Te has ido
pero el amor que siempre diste es hoy un bosque anchuroso
en las raíces de cada árbol que sembraste o cuidaste.
En la sonrisa del aire
siempre estarán tus manos tendidas,
tú lo sabes,
también lo sabía el tío Berto y mis padres,
nos enseñasteis a mirar lejos y a caminar con dignidad…

Un beso tía Pilar.

-por Francisco Beltrán sobrino de Pilar Beltrán Roldán in memoriam-


"VERDE QUE TE LLUEVE, MADRUGADA"
((c) Francisco Beltrán Sánchez - Abril'2020)

Hay un silencio que tiñe de verde
la ventana de la noche
y las manos de la lluvia modelan
la silueta de la luz;
sin querer,
el pasado se ha encogido en un suspiro
sabiendo remontar el presente en una sonrisa
al compás del agua.
¿Será que
en el verde,
ante la lluvia,
sobre la luz,
bajo la noche,
tras el silencio...,
me está hablando el mañana
en esta madrugada de luces  reflejadas?



EN ESA VIEJA MADERA DEL VERSO
-Por Francisco Beltrán - Marzo'2020-

La he oído,
sí,
hoy la he oído
en esa madera vieja del verso,
en esta piel cuarteada de la cuarentena,
donde el mundo de los hombres se ha caído.

Sí,
la he oído,
en la líquida mañana 
de un sonido de otro tiempo 
en el canto de un canario hecho trino.

La he oído,
sí,
ya no llueve
y el azul es mi retina
por encima de horizontes de cipreses.

Sí,
la he oído,
no, ya no llueve,
y en el viento hecho brisa con el rostro transparente,
me han mirado a lo lejos esas nubes sobre el verde 
de la voz de un nuevo día.

La he oído,
sí,
y he salido a la ventana
para ver los caminos solitarios
y sentir el silencio de las calles y el asfalto,
y ese llanto sordo de aceras y farolas 
que nadie pareciera oir.

Sí,
la he oído,
sobre una rama de fresno aún desnuda 
tiritando de alegría
en la voz nerviosa de un nervioso gorrión.

La he oído,
sí, 
desde adentro de los muros de la casa,
sí,
la he oído,
era la voz de la primavera
y a pesar de todo he sonreído.



GAZHAL POR EL  PERSONAL SANITARIO ANTE LA COVID-19
((c) Francisco Beltrán Sánchez - Marzol'2020)

Hoy quiero continuar presentando mis respetos a quienes están demostrando la mayor generosidad que se puede tener como ser humano. Los sanitarios de este pais en particular, y del mundo en general, están poniendo su vida al servicio y la atención de esta sociedad. Un sociedad que empieza a darse cuenta de que no anda estando a la altura de lo HUMANO. 

GRACIAS Y MIL VECES GRACIAS por atender hasta el desfallecimiento, por mostraros siempre con una sonrisa, por hacer un hábito de tener la mano tendida, por derramar una una lágrima en el último adiós de quien lo ha de hacer lejos de sus seres más queridos,... Gracias por estar ahí con el corazón en la mirada y con vuestra conciencia en la entraña.

-Médicos revisan a un paciente dentro de una UCI - Europa Press

Gacela por el personal sanitario ante la COVID-19
-Nártleb- 26 de marzo de 2020 -

Unos ojos tras las gafas,
una boca hoy cubierta
y un corazón sin fronteras.

Historias que hacen vivir
en este instante crudo
de tanto sufrir.

Y es que hoy hay un ‘quién’
aunque un mar de tragedias les cubra la piel.

Ellas y ellos están,
a pesar de su vida, junto a camas de hospital.

La muerte quiere morder
con diente frío y rotundo
desalmada y cruel.

Pero ahí están
regalando su cariño ante la oscuridad.

Pero ahí, su ser,
entregando una sonrisa una y otra vez.

Entre la vida y la muerte la verdad,
ellas y ellos ejemplo
ante la humanidad.

(Nota: He elegido esta forma de versificar por ser ésta una hermosa manera de poética que ensalza la belleza del amor y el dolor de la pérdida de lo amado, también porque entre sus versos nos acerca a la geometría poliédrica de la vidadonde hay un espacioo para los amigos, las personas queridas, así como también, aún si quererlo, hay un lugar evidente en escena o en la tramoya para los malvados, enredadores- pícaros, cínicos-infames fulleros, y toda calaña de gentes que viven de romper lo humano. 
           Igualmente el mensaje final es de esperanza a pesar del dolor de los caminos por los que los versos se hagan.)


ZÉJELES DE UN LABRIEGO
((c) Francisco Beltrán Sánchez - Marzol'2020)

En estos días difíciles del solsticio de 2020, mientras la pandemia del COVID-19 hace del hombre su presa, quiero rendir homenaje a quienes hacen mejor nuestra vida alimentándonos el cuerpo y la razón, elevando la conciencia y compartiendo el corazón, y quiero hacerlo levantando mi voz en este lienzo contra la miseria que anida en la entraña negra de los más miserables, esos que siempre fueron y son la rémora del Hombre.

En la memoria de este bardo anda humildemente grabado aquel tiempo de niño jugando junto a las faenas de la granja y el campo, aquel tiempo de joven con las manos asidas al heno, a la azada, a la ordeñadora, a la hoz, a la regabina, a la tierra... al tiempo que aferradas a los libros que en los cayos de sus cuencas se mecían ante el sueño en un baile de ilusiones y esperanzas. Por ello, hoy elevo mi voz ante la barbarie de la incultura y el desafuero permanente de quienes -lo más prescindibles sin duda- no entienden que no hay sociedad sin labores culturales. Cultivar la tierra es un oficio de amor en hombres y mujeres de acero; cultivar el corazón, el espíritu, la razón no deja de ser un cultivo necesario hecho por mujeres y hombres tambien forjados para ser humanos sobre el tiempo. No hay oficios más cercanos que aquellos de la Agricultura y la Cultura; os lo dice este bardo que un día fue labriego y vaquero.


Dibujo a carboncillo de José Ramón Ortega Alba -otro hijo del campo-


Estos zéjeles van dedicados a todas las mujeres y hombres que ponen su vida en la tierra, en el mar, en la tinta, en la voz, en el arte, ... Mujeres y hombres que nunca desfallecen en los momentos difíciles, me lo enseñaron mis padres y abuelos. Por vosotros y por ellos estos Zéjes de un labriego:

Zéjeles de un labriego

-Nártleb hijo y nieto de labriegas y labriegos-

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

Del camino hasta la calle,
de la montaña al valle
déjame que con detalle
te cuente los desafueros.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

La brisa viene en su trova,
arcana en la negra caoba
de un alba con fauces de loba,
suave al compás de un jilguero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

La taza sostiene la vida
en manos de piel curtida
después la faena ceñida
desde la ley del tempero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

El surco acoge el sudor
de su hermano en el dolor,
sea a pie o a motor
hay hombres como de acero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

Cultivar es sin embargo,
de lo dulce a lo amargo,
más devoción que un cargo
por encima del dinero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

Este canto no es endecha,
ni triunfante aria hecha
de la siembra a la cosecha
por armarse caballero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

No hay justicia en los precios:
sobre el sudor los desprecios
de buitres haciendo pecios,
de políticos fulleros.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

Y después de otra jornada
sobre agua, tierra y azada
llega otra noche cansada
en el alma del labriego.

La tierra escribe su fuero
en este mundo, ¿fatuo y fiero?


UN INSTANTE ENTRE LOS DEDOS - ANTE LA COVID-19-
-Nártleb- 20 de marzo de 2020 -

(En estos duros momentos de esta extraña realidad, elevemos nuestros ojos y animemos nuestra entraña, que este Covid-19 que no entiende de fronteras, ni de uno u otro continente,  no nos deje sin la humana esperanza en esta forzosa espera. No dejemos que el abismo sea respuesta a este bicho, venga de donde venga, y afrontemos este tiempo con paciencia y buen tino).


Aquí os dejo esta Espinela
como ánimo de amigo,
como ayuda en esta vela.

Un instante entre los dedos
-Nártleb-

Oye amiga/o una verdad
en la piel y sus raíces,
un axioma en cicatrices
sin romper la voluntad.
Oye amigo/a en libertad
sobre el turno de los miedos,
no seas ciego en los quevedos
ni mutante en la cadena:
la inhumana cuarentena
un instante entre los dedos.


-Ya verás, la inhumana cuarentena, un instante a este lado del cristal.-

 

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