EN LA PÁTINA DEL ABISMO -Ante el genocidio en Gaza y por la Paz entre los pueblos de Palestina e Israel-
EN LA PÁTINA DEL ABISMO
(por Francisco Beltrán Sánchez – 18 de septiembre de 2025)
-Leído en el acto por la Paz y contra el genocidio en Gaza del día 10 de octubre de 2025 en Fuente Vaqueros-
Imagínate un día corriente, en tus hábitos corrientes, ante una taza de café o infusión calientes mientras el sol araña la mañana desde el horizonte de tus ojos. Imagina la lectura antigua sobre la portada de un diario que acomete sus mensajes con una fotografía que tiene en primer plano un niño inerme de piel gris plomizo sostenido en los brazos de una madre con el rostro deshecho y mirada al infinito mientras dos torrentes de lágrimas abren surcos de desesperanza sobre las mejillas cubiertas de cenizas y muerte. Al fondo un hongo de humo y fuego muestra la sinrazón en la detonación de una bomba entre pequeñas siluetas que parecen correr mientras, humo y fuego que enmarcan una inmensidad de escombros que cuentan la historia de miles de muertos en muerte y cientos de miles de muertos en vida.
Los pueblos merecen la Paz
por encima de los intereses
de sus gobiernos y las oligarquías que los alimentas,
por encima de su codicia, de sus locuras, del odio...
En esta distancia medida de las imágenes al momento
se encastra esa ambigüedad del silencio ante las lejanías...
Ya he olvidado las veces en tiempo y lugar
que se ha roto el color en este desfile de lo inhumano,
los ojos, anclados al instante iterativo, sopesan
la tara de las páginas de un diario,
mientras, el cristal del vaso vacío dispersa
un arcoíris sobre la fotografía de un grito con la muerte en brazos.
En la entraña,
el enésimo calofrío tremola ansiedad y desvelos:
la espesura de las telarañas de años de odio
glosan un relato de infiernos
en el lienzo de los escombros y la sangre en tiempo y lugar:
siglo veintiuno, el tiempo; Gaza, el lugar.
En la imagen cuelgan de una fachada sin edificio
los últimos postigos de unas bisagras heridas de muerte y olvido...
Ante el túnel de los iris de una infancia abatida,
y el impacto desgarrador de la pérdida absoluta
la pátina de la ferocidad de la bestia
en un fondo de llamas, polvo y humo.
Un desasosiego me puebla el pecho en esta soledad
ante este mundo no muy lejano de tanta devastación:
¿será que no alcanzo a entender esta iniquidad
después de los ‘campos de la muerte’?
Por un momento me abstraigo y pienso
-en este tiempo de poderes anestesiados
sobre sillones a medida de traseros indolentes
que amasan las palabras
en una suerte de infames diatribas
que esquivan condenar y atajar el genocidio-
¿cómo es posible que haya gentes de un pueblo masacrado
que se levante en la cábala de la furia
ahormando una indecente álgebra de exterminio sobre otro pueblo?,
¿cómo es posible tanto silencio en esta troposfera de las tramoyas?
Será que en esta resiembra del Talión
todo lenguaje sea incierto entre el tamo empapado de sangre,
por entre el aire que se encoge ante el silbido de las balas
y el fuego incesante de la abominación:
¿habrá indulgencia que lleve a las cicatrices?,
¿habrá algún día donde el hombre aprenda
de su 'Historia' a luchar solo con la palabra?
No puedo, no podremos,
olvidar las pupilas de la inocencia
donde anda haciendo diana
el odio en la desesperanza absoluta.
Percibo ante mis ojos un olor acre
donde el agua ya no recose la tierra,
donde los caminos son a ninguna parte,
donde la fragancia de la luz se hace pestilencia
y no hay código que descifre la razón
sobre la persistencia de los latidos
sobre ese deseo de muerte vestida de harapos
bajo lonas deshilachadas ante el fuego de las bombas.
Ante nuestras ventanas abiertas de 'par en paz'
no caben laberintos de palabras revistiendo un genocidio,
no valen postureos de medias tintas ni de ambiguos ambages,
no valen arcoíris de mercados ante el asesinato de los árboles longevos,
ni ante la agonía y el continuo estertor de los más bisoños e inocentes.
En este rincón del instante
solo cabe alzar la voz en defensa de la vida,
no callar ante la indecencia absoluta madurada de silencios,
denunciar a los impenitentes sicarios del dolor y las sombras,
no correr las cortinas ante los monstruos que visten nuestro genoma,
acallar a los 'minotauros' de la furia inhumana,
plantar cara, palabra y hechos
ante tanto amanuense de la inquina y la doblez,
ante tanta sinrazón desleal con el propio genoma.
Desde estos corrientes ojos de hombres y mujeres corrientes,
sobre sus pies corrientes en calles y caminos de tránsito corriente,
en estas ciudades, y pueblos, y plazas, y campos, corrientes
solo nos queda alzar nuestra voz corriente
en defensa de hombres, mujeres e infancias
con derecho a una vida tan corriente como ésta, la nuestra.
Por todo esto, tan corriente y cotidiano, desde aquí, me sumo a esa voz que clama por quienes exhaustos han exiliado la palabra esperanza de su corazón y asumen, con estoicismo vacío de cualquier razón, que su única salida es el final de todo viaje; por todo esto y más, que sin duda se adivina en el lenguaje, desde aquí sembramos el deseo de que tengan un futuro en esta coordenada de tiempo y lugar que se llama Gaza.
Mientras, en tiempo y lugar concreto o indefinido,
¿serán inevitables los monstruos en esto que llamamos hombre?
Por mi parte, como ciudadano corriente
de una convivencia 'estándar',
pido perdón por esta inmensa impotencia
ante este horizonte de malas inercias
que quieren cubrirnos de silencio;
desde aquí ante los dementes relojes
de un mundo en el que no me reconozco,
alzo mi voz pidiendo que paren los tanques,
que se agosten los drones,
que callen las bombas y no silben las balas,
que cesen los muertos en muerte y los muertos en vida,
que paren su furia los hombres con trajes de guerra…
Desde aquí, como semejante a todos los semejantes,
solo pido justicia y verdad,
solo pido memoria y libertad,
solo pido la Paz,...
Y, desde aquí, en la fugacidad del instante
me acuerdo de mi abuelo
en su huerta del nogal y los cerezos
y veo en sus ojos de esperanza la ilusión por la vida
mientras partía unas nueces
donde el aguas cantaba su canción de Paz...
Cosas así son las que cualquier niño o niña debería recordar…
En la pátina del abismo
el hombre, en su ego y su circunstancia,
sembrando lo infame de todo 'sociotipo',
lo más ominoso de nuestro genotipo,
se ha empeñado en romper infancias
a imagen de lo peor de nosotros mismos…
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Cuando un poema nos lleva a tomar la palabra...