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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Hace treinta años… ‘pinball’

©Nártleb – Chauchina, 21 de septiembre de 2014   En el rodar de la bola, va la caída insistida, en trayectorias volátiles, de la porfiada esfera en la insalvable derrota. Quedan los sueños de un día, de aquel día eterno de nuestro aliento, allá donde fuimos niños, inocentes críos en el juego serio, donde creímos ganar la partida a aquello llamado tiempo... Más ante esta persistencia, gravitacional lealtad y coraje de una simple bola de hierro, la nostalgia se siembra en esperanza; pues ahora lo sabemos, y es que en aquellas derrotas, reveses sin capitulación vana, sin dudas y con denuedo, se encerraban las auras brunas y las de gloria; todas ellas en la mezcla de los tiempos hechos han hecho la senda de nuestros pasos, las huellas que dejaremos. Por ello, hoy miro absorto esta simple máquina y ante su marcador llevado al punto en el cero vengo de nuevo sin miedos, a la carrera en la vida y sus juegos, como si fuere hoy la

Carmesí de otoño

©Nártleb – 18 de septiembre de 2014 - Chauchina  Andaban de mudanza los huegos del verano, venían socarronas las auras del invierno. Las hojas ya doradas caían hasta el suelo, los aires se movían haciendo otra cosecha. El patio y sus trinos un pellizco más suave en el alba intranquila que avecina otra vela. En el patio aun glauco pellizcos en aloque en granados floridos y amarilis dobles. Se nos tornan de espaldas en sus turnos metódicos los trechos y sus lapsos en pellizcos del tiempo. La sonrisa se asoma en la lucha ganada sin lisonja esperada en las yemas más locas.

Mutatis mutandi

©Francisco Beltrán Sánchez -13 de septiembre de 2014   En los tiempos que nos pasan a los hombres que nacimos, a los hombres que morimos, a los hombres que sin más remedio hemos de vivir entre hombres, son nuestras suertes y claúsulas en el transcurso del cauce que abrimos a nuestro paso y que con el tiempo no es tan distinto a otros. Y, es que en lo humano y en las cicatrices de sus miles de historias siempre hay un espíritu de cambio, más en 'cambiando lo que se deba cambiar' siempre se termina cambiando desde cualquier poder para que todo, a fin de cuentas, siga igual. En la esperanza del precipicio está la sangre o la vida en las auroras venideras. En las uñas de la aurora va la piel de un negro cielo y las gotas de la historia caen sobre un nuevo tiempo. Un hastío nos embarga a los natos sin afeites, y en el paso de esos ríos brava el agua hasta la muerte. Una gloria les envuelve a los natos de la estirpe y a sus siervos indecentes que si

Raya el alba

Francisco Beltrán Sánchez - 13 de septiembre de 2014   Ante la muerte de un ser humano la vida se abre paso ante nuestros sentidos, mejor dicho la vida simplemente sigue y nos lo hace notar en las vueltas de lo cotidiano. El olvido de los seres que se fueron de esta vida es imposible, pues no se pueden borrar los sentimientos que se forjaron al compartir parte de nuestras vidas. El descanso es en la paz de la sincronía de los crepúsculos de cada uno de nuestros días... Raya el alba en la línea lejana, en los filos que doblaran la noche, en la arista que asoma la mañana. Por el borde de los árboles que alzan su efigie por encima de la tapia, por entre sus ramas raya el alba. Raya el alba, por entre las rendijas que dejaran mis tímidas pestañas, en mi cansada y atrevida retina. Por encima de la colina alta hasta esta sempiterna otomana, ríos de luces blancas; raya el alba. Raya el alba, entre auras de mañana, en el remanso que vive sin pausa