Desde la Sala de los Divanes - De Educación por Quintillas (4ª Entrega)


Un día, a aquella Sala de los Divanes, llegó un valido singular con brisas de torero, pues los aires, antes de llegar, se los trae levantados al pueblo… Nada que tildar sobre su honesto discurso, pues ya antes de llegar en sus declamar público no más que ‘ver’ que,  quiere formado al pueblo sólo en aquello que sea su ocupación, en lo demás inculto aquel que no pueda pagar más allá, tampoco dolieron 'tercios' en 'músicas de clarines y timbales' para decir, con sonrisa afable del 'quinto de la tarde', que la educación y la cultura vengan de la mano del dinero…

Sabemos de un hombrecillo
vivaz y dicharachero,
tertuliano de rastrillo
que en encomiendas de fueros
sólo forja sufrimientos.

En forjas de economía
habla del bien para el pueblo,
de cultura e ideología
en sórdidas letanías
en las fraguas del dinero.

Y llegó a valido un día,
de educación su cartera,
más su bolsa es de cambista.
Ya no había ideología,
sí, negocio en la gatera.

Ilusos del llano pueblo
ven malograr las escuelas
y los bienes que son de ellos.
Ay, pena de aquellas puertas
que se le dieron abiertas.

Ahora en otras recetas …
'¡Qué aquí se bautiza sólo
quien buen padrino sostenga!'
'¡quien buena bolsa con oro
tenga oculta o manifiesta!'

Sastrecillo de tinieblas,
que a medida hizo los fueros
mezclando cultura y escuela,
sin conciencia por su renta,
por 'estatus' y dineros.

Hombrecillo de mil vueltas
sin educación, indigno,
quiere al pueblo sin letras
para hacerlo cautivo
y desarmarlo de nuevo.

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