Fotopoema- Zéjeles de un labriego -Nártleb-

En estos días difíciles del solsticio de 2020, mientras la pandemia del COVID-19 hace del hombre su presa, quiero rendir homenaje a quienes hacen mejor nuestra vida alimentándonos el cuerpo y la razón, elevando la conciencia y compartiendo el corazón, y quiero hacerlo levantando mi voz en este lienzo contra la miseria que anida en la entraña negra de los más miserables, esos que siempre fueron y son la rémora del Hombre.

En la memoria de este bardo anda humildemente grabado aquel tiempo de niño jugando junto a las faenas de la granja y el campo, aquel tiempo de joven con las manos asidas al heno, a la azada, a la ordeñadora, a la hoz, a la regabina, a la tierra... al tiempo que aferradas a los libros que en los cayos de sus cuencas se mecían ante el sueño en un baile de ilusiones y esperanzas. Por ello, hoy elevo mi voz ante la barbarie de la incultura y el desafuero permanente de quienes -lo más prescindibles sin duda- no entienden que no hay sociedad sin labores culturales. Cultivar la tierra es un oficio de amor en hombres y mujeres de acero; cultivar el corazón, el espíritu, la razón no deja de ser un cultivo necesario hecho por mujeres y hombres tambien forjados para ser humanos sobre el tiempo. No hay oficios más cercanos que aquellos de la Agricultura y la Cultura; os lo dice este bardo que un día fue labriego y vaquero.


Dibujo a carboncillo de José Ramón Ortega Alba -otro hijo del campo-


Estos zéjeles van dedicados a todas las mujeres y hombres que ponen su vida en la tierra, en el mar, en la tinta, en la voz, en el arte, ... Mujeres y hombres que nunca desfallecen en los momentos difíciles, me lo enseñaron mis padres y abuelos. Por vosotros y por ellos estos Zéjes de un labriego:

Zéjeles de un labriego

-Nártleb hijo y nieto de labriegas y labriegos-

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

Del camino hasta la calle,
de la montaña al valle
déjame que con detalle
te cuente los desafueros.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

La brisa viene en su trova,
arcana en la negra caoba
de un alba con fauces de loba,
suave al compás de un jilguero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

La taza sostiene la vida
en manos de piel curtida
después la faena ceñida
desde la ley del tempero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

El surco acoge el sudor
de su hermano en el dolor,
sea a pie o a motor
hay hombres como de acero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

Cultivar es sin embargo,
de lo dulce a lo amargo,
más devoción que un cargo
por encima del dinero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

Este canto no es endecha,
ni triunfante aria hecha
de la siembra a la cosecha
por armarse caballero.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

No hay justicia en los precios:
sobre el sudor los desprecios
de buitres haciendo pecios,
de políticos fulleros.

La tierra escribe su fuero
en este mundo fatuo y fiero.

Y después de otra jornada
sobre agua, tierra y azada
llega otra noche cansada
en el alma del labriego.

La tierra escribe su fuero
en este mundo, ¿fatuo y fiero?

Comentarios

  1. Ésta noche me acuesto
    Soñando horizontes nuevos
    Justicias sin buitres ni cuervos
    Esperanzas en el resto.

    Semillas de nuevos tiempos
    Cosecha sin apuesta
    De principios sin resta
    Abriendo mundos y campos

    Nación Universal sin cercas
    Igualdad, cooperación
    Mundo con educación
    Para el tiempo que se acerca.

    Ésta noche me acuestdoñsndo el horizonte nuevo.

    Asrab

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  2. De parte de mi amigo Gabi de Sevilla:

    Tras el trabajo bien hecho
    se va a descansar al lecho.

    Volverá al amanecer
    con tesón y buen hacer
    a la tierra y a su haber,
    de la siembra a su cohecho.

    Tras el trabajo bien hecho
    se va a descansar al lecho.

    Seguirá en su laborar
    consciente de su penar
    en esta rueca malabar
    que va del surco al lecho.

    Tras el trabajo bien hecho
    se va descansar al lecho.

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  3. Verde empezó el día
    Choto pan y leche fría

    Llora oliva la viga
    y dile al amo que siga
    Su vara mano litiga
    e inconsciente porfía.

    Verde empezó el día
    Choto pan y leche fría


    Menudo aprieto y no es soneto. Duro el trabajo de la poesía.

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  4. Ciertamente, la tierra, la naturaleza tienen su fuero. El hombre, ese sapiens que a veces desmerece tal apelativo, no puede dominar la tierra, no sabe o no quiere saber que somos y necesitamos la tierra, lo que nos da y lo que nos hace, y todo ello son los cimientos de la Cultura, de la Ciencia, del Conocimiento. Todo el afán de la especie humana es conocer, entender... estos días se pone de manifiesto lo frágiles que somos y a la vez que algunos elementos, llamarles humanos es un exceso, mercadean con la Salud, con la vida humana y hacen estadísticas de la rentabilidad del valor económico de generaciones enteras. Que hemos hecho para esto? Esta es la sociedad que queremos?

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    Respuestas
    1. Hay esperanza. Al menos para estas generaciones que estamos viviendo esta pandemia. Esperemos a que después de esto sepamos quien nos pone la mesa, quien nos cuida la salud, quien nos cuida cuando tenemos dependencias, quien cuida de nuestra seguridad, quien nos hace reir y quien nos hace pensar...
      Somo seres sociales y ¿habremos tomado conciencia de ello? Pronto lo veremos
      Salud y Dignidad amigas y amigos

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  5. Para cerrar esta entrada os dejo este poema que escribí para 'Hilvanes del agua'.

    Labriego de la ‘Vega’
    ©Nártleb – 30 de octubre de 2014 - Chauchina

    Que nadie la quiere tanto
    como quien la hiere a vida,
    que nadie la mima tanto
    como quien la corta y pisa,
    que nadie la honra tanto
    como quien día tras día
    la abatana y trajina.

    Que nadie la inspira tanto
    como quien es de ella en brisas,
    que nadie la llora tanto
    como quien es su hijo o hija,
    que nadie la añora tanto
    en la fiera cercanía
    o en la infame lejanía.

    En las lágrimas del campo
    en las manos y la dicha
    lleva el labriego honrado
    la vega y sus negras limas.

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Cuando un poema nos lleva a tomar la palabra...