Reflejos vivos en negros vuelos


Ni un ‘dos de mayo’ fue tan negro para acabar con la conciencia…

Volverán las oscuras golondrinas...
aquellas laboriosas y silentes
pertinaces en su vuelo y sus días,
pertinaces que colgaran sus vientres.
Pequeñitos trozos de caña herida
enredados en el barro corriente,
siempre será su perpetua fajina
siempre al final sus nidales conscientes
y al final siempre sus vuelos que hilan
acrobacias y cabriolas valientes.

Y en los cristales de nuestras ventanas
siempre tan silentes y laboriosas
que a nuestra trabada conciencia escapan...,
hasta que en sus increibles vuelos topan,
en las retinas durmientes, sus alas.

Es entonces que vemos sus reflejos,
colores antes más muertos que muertos,
luces que nacen de un negro pelaje
y que nos cuentan en cadencias suaves
de la vida que hay rompiendo el negro. 

Y vendrán de nuevo a colgar sus nidos,
y vendrán en sus vuelos imposibles,
y vendrán a colgarse en nuestros frisos,
y vendrán a mostrarnos que es posible...


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