Recuerdo hace diez años el once de marzo...


©Nártleb - Chauchina, 11 de marzo de 2014

El alma se nos conmueve,
certeza del final que es la muerte,
certeza del dolor del abismo frente
al vacío de la desesperanza y el sinsentido...
Llanto de la impotencia por un recuerdo
y es que nada es lo que queda de la muerte.
Gritos baten mi pecho y, ¡es que no se puede!...,
no se puede uno quedar indolente
ante la masacre después de la muerte...

Hoy rindo mi palabra y mi silencio por respeto,
por respeto,
a la dignidad después de la muerte,
por reclamo a la decencia
de quienes aun somos vivos,
de quienes un día tendremos la visita de lo inerme...

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