El poeta que me mira -de Francisco Beltrán Sánchez-


El poeta que me mira

©Francisco Beltrán Sánchez (Chauchina, 5 de junio de 2020)


“No hay dolor en la voz. Sólo existen los dientes,

pero dientes que callarán aislados por el raso negro.

            No hay dolor en la voz. Aquí sólo existe la Tierra.

            La tierra con sus puertas de siempre 

            que llevan al rubor de los frutos.”

FEDERICO GARCÍA LORCA

- Panorama ciego de Nueva York -

 

Miro los ojos que me miran
y habito el color de los sentimientos.
El inmenso blanco es un mar
cercado en las cuencas,
orillado en el piélago irisado que se abisma
hace del instante el misterio sin tiempo.

Allá,
en el silencio oscuro del sol
donde se traduce el sentir diáfano de los huesos,
se calma el rojo brutal del incendio en las venas.

Allá,
la extensión visceral del pulso
te condensa la sangre de todos los ríos,
la tristeza de todas las lluvias,
la mirada turbada de todos los escombros,
la incertidumbre de todas las olas y arenas,
la memoria del color en cada sentimiento.

Allá,
desde acá,
hay un vuelo de palomas negras
que hace del rojo en los crepúsculos
un caballo de crines blancas
en las aguas que serán otra primavera,
en el verde de un te quiero con la libertad del viento.

Acá,
vuelve a cantar el agua en la garganta del grillo,
vuelve la tierra a exhalar la fragancia de los cuerpos,
vuelve a entornar sus ojos de plata una luna gitana,
vuelven a rodear las cinturas los brazos incoloros del viento,
vuelve serenamente otra aurora sobre la muerte,
vuelven a volar los cabellos y la mariposa más allá de los tinteros,
vuelven y vuelven los rostros con la serenidad gris del recuerdo,
vuelven las anatomías oprimidas sobre las últimas cenizas,
vuelve el universo salamandra sobre el musgo de las máscaras,
vuelve el tropel del duende y la locura de los espejos,
vuelve la  danza de los veleros entre las columnas de carne,
vuelve el bullicio tras la lupa indecente sobre el pergamino,
vuelve el corazón por entre los andamios de las fábulas,
vuelve la sed de paz a las desembocaduras degolladas,
vuelve la piel de taberna cansada sobre la alerta de ojos de vaca,
vuelve el traje abandonado en los hombros a ser pájaro,
vuelve el huracán de los versos por las altas esquinas de las alamedas,
vuelve el amor definitivo en una manzana de jardín estercolado,
vuelven los violines a montar sus cuerdas sabiendo de las fragancias finitas;
acá,
bien por ahora, Federico.

Unos pies de sombra declaman el camino en silencio,
un poema en los ojos del poeta que me miran,
sencillamente brota un verso tras otro...





Comentarios

  1. Me encanta en este día tan especial.
    Un abrazo

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    1. Cada día un verso, cada día la luz en las sombras de los pasos que se hacen huellas, cada día atentos a vivir el misterio de cada latido en el instante preciso antes de ser recuerdo... Un abrazo.

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  3. Nos acordamos de Lorca. Tú le has puesto las palabras

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    1. Los y las poetas universales se han sembrado en el surco del tiempo haciendo de sus poemas simientes postreras de otras cosechas de versos... Un abrazo

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Cuando un poema nos lleva a tomar la palabra...