Un susurro termodinámico

En el Parque de las Ciencias de Granada en un momento de esparcimiento de las y los jóvenes que se descubren a sí mismos ante su curiosidad por las cosas y sus porqués...

En los ojos de un aprendiz de sabio, a pesar del largo camino de la búsqueda de respuestas,  andan las preguntas más insistentes que nunca. 

En aquella fría y soleada mañana del veintidós de diciembre de año dos mil dieciocho, la metafísica de la energía anda deslizándose en la piedra sobre el agua, en las cuerdas que tensan catenarias, en el vuelo instintivo de rapaces que no añoran otro habitar, en las alas de diseños intrigantes de las mariposas en el juego cromático del espectro más allá de las retinas, en ...

Un susurro termodinámico (2018/12/22)
©Francisco Beltrán Sánchez

Parecieran silenciadas las estancias
en la cáscara cristalina de los ventanales,
las puertas,cómplices 
en pestillos que esclavizan las bisagras:
todo tiene un precio
en el nombre de la especie...

El tumulto en la inocencia sobre un suelo 
espacioso y pulido del instante universo,
el calor de la taza es un sistema 
abierto en las cuencas de las manos.

La razón, relativo paradigma 
en la silueta de las cosas abstraidas, 
un sistema en contínua evolución
desde el corazón ecléctico 
del museo anatómico del acervo percibido.

En la secuencia de lo incierto
la termodinámica es un campo de batalla,
las coordenadas hombre y ahora
establecen el tablero colorido del acervo caminado
donde el genoma es el maestro:
unos ojos autómatas nos miran sin gesto...

Desde la terraza por encima del agua y su mecánica,
ante las estáticas hormigas asantantes de la altura,
por entre la probabilidad de las dualidades,
el estado cambiante del aroma del café
ha llevado el tiempo a otro estado,
¿será el paradigma un motivo 
para abrir los sentimientos en las manos de la ciencia?

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