Sonrisa de otoño
©Francisco Beltrán Sánchez
Trae el alba un delgado eco
en el estigma del color,
en halos del verde al fuego,
en brumas de romero,
de naranjo y ruiseñor,
de aromas a fruto viejo
en las manos del estupor.
Me ha parado el instante ostentoso,
solo soy otro paso
en el rostro del tiempo.
Hay un bálsamo asomado al infinito
en un fénix de palabras carcomidas,
no te pierdas en las cenizas.
Recuerdo en el sueño, absorto e inconsciente,
donde el otoño es la tierra en las hojas
que fermentan nueva sabia.
Recuerdo y por ello se que estuve,
la sonrisa de aquellas primeras brumas,
de aquellos primeros aromas del frío...
Abro la cancela y abro otro día...
.
Trae el alba un delgado eco
en halos del verde al fuego,
en brumas de romero,
de naranjo y ruiseñor,
de aromas a fruto viejo
en las manos del estupor.
Me ha parado el instante ostentoso,
solo soy otro paso
en el rostro del tiempo.
Hay un bálsamo asomado al infinito
en un fénix de palabras carcomidas,
no te pierdas en las cenizas.
Recuerdo en el sueño, absorto e inconsciente,
donde el otoño es la tierra en las hojas
que fermentan nueva sabia.
Recuerdo y por ello se que estuve,
la sonrisa de aquellas primeras brumas,
de aquellos primeros aromas del frío...
Abro la cancela y abro otro día...
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Cuando un poema nos lleva a tomar la palabra...