Árbol
©Nártleb. 6 de febrero de 2016
Mudo
bosque
de
mutables confines,
en
un horizonte que se debate.
Excéntricos
brazos
por
entre el trazado
de
unos ojos perplejos de otoño.
Crepúsculo,
ciclo
desde un cielo de fuego
hasta
el frío anhelo
en
la voluptuosidad
de
la luz sin tiempo.
Espumas
entre el ramaje
rompiendo
en el acantilado de la noche.
Vacío,
silencio
de un agua que fluye
en
el metálico frío
del
azul negro.
Encajes
volando
de
los dedos grotescos
de
un árbol despojado.
Tenebroso
claroscuro
de
una luna en transparencias.
Silbidos
sin viento
en
un crepitar de las hojas secas.
Un
espectro sin frondas,
preludio,
nocturno
inquietante
en
la soledad del agua.
El
agua,
el
agua en las camas negras,
el
agua
remansa
sus sueños
sobre
hilos fugaces de luceros verdes.
Desvelo,
árbol
desnudo,
descarnado
del bosque,
sobresalto
del
brillo y reflejos
en
el fondo,
ahora,
de un espejo negro.
El
árbol no está muerto…
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Cuando un poema nos lleva a tomar la palabra...