Hebras de plata

Por Gorka Torrado y Francisco Beltrán - 5 de enero de 2014

En el comienzo del año 2014, año que ve la luz entre  las tinieblas de una añada lúgubre que ha fraguado la ruina y la tristeza en muchas almas buenas, hay voces que claman por su tierra, por quien sin pedir más nada quita el hambre y quita penas… Generosa mi Vega, la de mis paisanos y paisanas que riegan con su sudor esta tierra… 
Un amigo y sus suelas en la misma vereda..., hablamos de lo que  juntos nos lleva por estos caminos de la Vega… 
Felicidad para el tránsito a las luces que seguro que juntos las encontramos… 

Un abrazo Gorka, compañero en estas sendas aunque tus pasos vengan de lejos…
Y, a todos y todas quienes leáis estos versos os deseamos un soplo de esperanza y de la verdad de la tierra y sus gentes... juntos hemos de pelear, desde lo más cercano, por sacar lo mejor de la Solidaridad y la Justicia que tanto anhelamos. 

Sea la tierra más rica que yo haya visto.
Romilla bañada con el oro que llena el estómago del hambriento.
Tú que con tu manto amparaste a un "paria sin tierra"...
Que mis ojos se cierren con la luz de tu mañana...

…/…

Sea en una pequeña alquería de la ‘Vega’
con los brazos generosos de los siglos,
sean las hebras de plata y sus brillos,
sean que saliendo del río nos traigan el pan en el agua...,
sean los brazos de sus hombres y las lágrimas secas...,
sean el sudor de la frente y el ruido de las ruecas...,
sean por siempre silencios en el hambre ...,
sean por siempre la siembra y la vega
en la tierra de estos hombres feraces...

Que nuestros ojos nunca sean cerrados,
que sean en los vahos blancos de las mañanas
y en el alma viva de esta tierra,
que sean en los trinos claros del agua
y en los ojos del águila culebrera,
que sean en las plumas de colores
de jilgueros y lavanderas,
que sean en ti, mi vega, entre
las eternas brisas de las alamedas...

Que no dejemos rienda suelta
para que sean sombras fieras las que hagan el olvido;
Que cojamos fuerte del dogal al tiempo
para que la historia sea a pie de calle,
a pie de vereda sobre alpargatas y sandalias de verano,
sobre la azada y el trabajo duro de cada jornada...

Que no haya mano fiera que
pueda con nuestra verdad,
que la tierra y el agua que
la cose a los hombres de buena voluntad,
sean testigos de que
nuestro espíritu es en la vega y en su tenacidad...

…/…

Y sea esta tierra quien cubra mi cuerpo.
Y sea la semilla que nazca de las cenizas,
semilla eterna de lucha y libertad.


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