Un recuerdo por un amigo
Un recuerdo por un amigo
©Nártleb – 3 de noviembre de 2013
En este día de este mes, en donde el recuerdo de quienes dejaron las luces del día son lucernas de nuestro camino, tengo a vuelapluma este pensamiento del que fue un amigo y lo sigue siendo, de quien con su forma de vivir supo decirnos lo que hay en la vida y lo que merece nuestras luchas… Gracias Antonio.
En la tarde cayó un rayo,
se helaron las nubes
y una losa de blanca agua
cubrió a golpes la tierra…
¡Qué duro fue esperar a la
noche!
El tiempo se detuvo,
y lo hizo, parte a parte,
con el dolor de cada pedrada
en cada parte golpeada.
¡Qué sonrisa siempre en su
cara!...
Fue de mañana,
en un mediodía de luces
entre ilusiones de caminos
en los primeros pasos
y con las primeras nubes.
¡Cuánta vida daba el día!
En las horas compartidas
haciendo bueno o con borrasca,
hablando con vivos o muertos
comenzamos una traba.
¡Cómo se nos fue aquel
tiempo!
Los caminos fueron y vinieron,
cruzados con lluvia fina,
con tormentas y mil truenos,
y a veces haciendo bueno…
Hasta la tarde en que cayó aquel
rayo.
¡Qué no es nostalgia, es
rabia lo que siento!
Cuando iba llegando la noche
más veía Antonio el día…
Su camino se tornó en
nuestros adentros,
y sus pasos que ya no daba
volvieron a ser en otros
suelos.
¡Cuánto nos quedas en tan
poco tiempo!
Nunca creíste en quiméricos
pasos,
en los que no se dan en firme
suelo,
pero, hay que ver ¡carajo!,
como en tus ruidos y silencios,
desde la mañana a la noche
hiciste de tus huellas un
ejemplo.
¡Para qué llorar!, ¡el día es
tan corto…!
Como siempre, un ‘hasta luego’
con su perenne sonrisa,
y en un discreto silencio
se tornó la tarde en noche
y fueron las huellas
sobre la blanca losa
de la terrible tarde.
¡En la noche tan larga de
nuevo sus huellas!
Hoy la luna es llena,
tras la torda tarde,
y se refleja en la losa
blanca…
En ella, estela como de
mármol
con laudes en reflejos
y en las serenas huellas.
¡Una serena sonrisa se me
clava muy adentro!
Hoy en la noche negra
brilla la luz que él quisiera
y que le negó una perra tarde
cargada de golpes.
Y, lo escrito en este día
clama que es posible
hacer los caminos iguales,
y hacerlos de buenas…
¡Con alegría frente a infames
tardes!
Hasta siempre amigo,
que no son el número de pasos
sino la sinceridad de los
mismos
lo necesario para sabernos en
el día,
hacer un común camino
y compartir huellas en la
noche.
¡La utopía es posible…!, lo
fue ‘tu día’.
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Cuando un poema nos lleva a tomar la palabra...