Recuerdos en el filo del tiempo


(Por Nártleb Ocsicnarf -2011/03/14)
Hace cien años en mi pueblo ‘La razón’ vino a quedarse, pero la sinrazón siempre estuvo alerta y ataca cuando le place…
(14 de marzo de 1911 se constituye la Sociedad Obrera ‘La Razón’).
Para nunca menospreciar la sinrazón, se me ocurre escribir sobre algunas muestras de ello en ‘el que, posiblemente, fuera el mejor y el peor de sus tiempos'


Nunca hablaron en su casa de aquello…

Y, nunca entró en ella ni ‘el ricino’, ni su aceite.
Voy y vengo y hablamos de todo aquello…
Josefa me cuenta sin rencores y con empeño,
con cierta pena pero sin tormento
mientras se atusa su blanco y largo cabello.


Pepe me habla de su jumento,
mula nerviosa cargada de pertrechos
corriendo loma abajo entre cerros
esquivando balas y llamamientos;
mientras, la trinchera, un tronco viejo.


Y, Antonio contaba que quedo huérfano.

Pepe y Antonio, ya, emigrantes eternos.

El silencio del camino del cortijo…

 “El ruido de un camión por el camino,
son las cuatro de la madrugada.
En la puerta del cortijo,
trocitos de cal viva por la mañana.
Sigo mi camino hacia el pueblo,
sangre en la hierba
y más agujeros en la tapia del cementerio.
Y, pienso: ¡Cuántos testigos en silencio!…

Traga saliva y cambia el tercio,
esboza una triste sonrisa,
me mira a los ojos
y es levantado todo un mundo en su rostro… 

Después, con los ojos rotos, Paco calla. 

Pensamiento de un hombre bueno en ‘un paseo’ bajo un cielo negro…

Unos ojos se clavan en el camino,
unos pasos solitarios como su ruido,
y un pensamiento sin ira y limpio.
"Hoy me marcho y no quisiera.
Un paseo contigo querida mía ahora quisiera,
un paseo contigo que será eterno
Para ello, el detalle de "estos caballeros",
a mi chaqueta le cosen botones de plomo.

Un paseo por la inocente tierra y sus cunetas.

'Un paseo' de cualquier modo."

 ‘Un viaje de fin de curso’… la huida de una niña…
 
No te asustes mi vida,
son petardos de los niños traviesos,
juegos que buscan asustar a las niñas que pasean.

No te asustes mi niña y come,
que los aviones que sientes sólo pasan y dibujan
líneas blancas en el azul del cielo.

No te asustes mi alma que ya para siempre duermes...

Se le rompió el alma, como el cielo se rompió,
con el ímpetu del rayo y su dictado,
como el velo del templo más sagrado.
Para siempre se le rompió…


Todas las noches, para siempre el vacío en su lado del jergón.

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