A mi tía Pilar y mi tío Berto - CRÓNICA A UNA SOLEDAD EXCESIVA-

 (En el dolor de su pérdida el 8 de abril de 2020, con todo mi cariño y gratitud)

Crónica a una soledad excesiva

-a mi titos Pili y Berto-

Francisco Beltrán Sánchez,  8 de abril de 2020

 

Desde las alas de inocencia,

una niña,

una brisa en la tormenta de los días,

una risa inundando las sombras de los muros de la casa,

un aliento inagotable de esperanza.

 

Fuiste la sonrisa a la puerta del encuentro,

la lluvia generosa que se entrega en libertad,

la siembra y la cosecha en el coraje,

una abrazo dispuesto y disponible

sin previos requisitos,

fuiste hija en el rostro más brutal de las ausencias,

 

fuiste hermana en esa desigual historia

de las mujeres de tu tiempo,

fuiste esposa con esposo y madre incansable,

fuiste abuela de amplia sonrisa

y un corazón sin horizontes,

fuiste mi tía.

Nunca dejaste de ser una senda en el silencio,

un soplo continuo de vida

haciendo de cada instante una aurora,

exponiendo tu corazón valiente

al largar velas en las más agrestes turbulencias.

 

Fuiste una mesa generosa

siempre ofrecida sobre esa rendija de luz

que lucha con las sombras

la incansable batalla de la vida.

 

Hoy,

en esta solitud de una hoja de cuaderno en blanco,

en esta habitación vacía de nuestras retinas,

en esta soledad de la ausencia descarnada

ante la pantalla inerte del ordenador,

hoy en esta distancia impuesta

dejas tú y el tío Berto una lágrima tras otra sin consuelo,

dejáis  el recuerdo de una vida hecha de cariño

en el campo del esfuerzo y las privaciones,

hoy,

en este tiempo cincelado a fuego de hielo

sabemos que a pesar de las heridas

y este frío de vuestra ausencia

nuca hubierais perdido la alegría de vuestros ojos

recordando los recuerdos.

 

Nos enseñasteis Berto y tú

que en este mundo de locos

se puede ser una sincronía de universos.

Os habéis ido

a manos de esta injuria indebida que ha vencido vuestros cuerpos,

os habéis ido sin nuestra despedida,

os habéis ido

en esa metáfora de vuestro caminar por la vida,

discretos y en silencio:

en ningún cosmos de justicia

debisteis partir en esa soledad indigna.

 

Con vosotros va una primavera perpetua

sembrada en nuestros corazones de aprendices caminantes,

lo supisteis como mis padres lo supieron,

en ese tacto impredecible del viento,

nos enseñasteis a mirar lejos y caminar con la dignidad de frente.

 

Hoy,

a pesar del dolor que nos parte de parte

en la pérdida de vuestra partida,

desde el muelle o los andenes donde quedamos

queda una inmensa cosecha en vuestras manos tendidas,

en vuestro corazón inmensurable:

un coraje macerado en el espíritu y  la sangre

de cada árbol, de cada brizna de hierba, de cada hoja caída,

de este bosque en que somos vuestra familia.

 

Hasta siempre tita Pili y tito Berto.


Un beso tía Pilar.

-por Francisco Beltrán sobrino de Pilar Beltrán Roldán y Humberto Muñoz  in memoriam-

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