Voz y palabra. Un adagio de otoño

©Nártleb // 5 de noviembre de 2016


“La luz de noviembre está aún por venir
pero no la quiero triste ni con olor a crisantemo.”
Magdalena Trillo del artículo ‘Brotes de macasar’ sobre ‘la Flor del frío’ de  Enrique Moratalla



En esta mañana de rumor
tímido en la voz de una lluvia indecisa, hay un susurro
de trinos por entre el agua fina de las ramas
silenciosas del fresno desnudo y del pruno remiso. 


Un adagio
recorre el jardín
solitario en la solitud buscada hacia afuera,
es la voz
el viento más poderoso en este silencio de otoño,
es la palabra
el arma vivaz e ingeniosa que habla
de la lealtad del hombre a lo humano, que grita
muy queda la dignidad
que nos hace parte de este Universo
en el que somos
sin un tiempo y un lugar definidos. 


Y en la palabra armada con su viento
y en la voz que la lleva en volandas
va el mismo hombre,
su ser
y el sentido del estar existiendo
en la sangre contenida y en la carne
bajo la piel y sobre el hueso.

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