En las sombras de un tiempo - Pudiera ser una 'Casida'-
En las sombras de un tiempo
(En
el palacio de Al-Yafariyya una noche de finales de otoño del 2011)
©Nártleb.
-Zaragoza, 30 de noviembre 2011-
Pudiera ser una ‘Casida’ el hablar de la épica de este alcor que siempre, desde su cuna, fue atalaya del poder en las tierras de Aragón. Más sin que sea mayor la pretensión, estos versos son la expresión de unas horas de la luna entre las historia y la leyenda de esta fortaleza del poder y de la ‘alegría’.
Sobre piedras en el suelo
Pudiera ser una ‘Casida’ el hablar de la épica de este alcor que siempre, desde su cuna, fue atalaya del poder en las tierras de Aragón. Más sin que sea mayor la pretensión, estos versos son la expresión de unas horas de la luna entre las historia y la leyenda de esta fortaleza del poder y de la ‘alegría’.
Sobre piedras en el suelo
ordenadas por los tiempos
van solícitos los pasos
y en alerta los luceros.
Un puente sobre un foso,
hoy jardín sobrio y perfecto,
en tiempos, fangoso y
profundo
este vasto parapeto.
Una muralla entre nobles a la
gresca,
sin palabras, con aceros
entre dos omnipotencias
y la eterna miseria del
pueblo.
Imponentes torreones,
entre barbacanas
son las defensas y los paseos
del poder en tus adentros.
En el ‘Palacio de la Alegría’,
‘el Trovador’ se eleva
y canta al viento,
“‘al-Yafariyya’,
castillo que por su beldad
a Yafar colmara en vida,
hoy, tras los muchos tiempos,
colmas al pueblo maño
con su electo gobierno.”
Fortaleza sin embargo,
que por fuera amedrentas
y adviertes alto y claro
del poder que guardas tras
tus puertas.
Dieciséis adalides colosales,
titanes que hacen guardia,
en la noche de los tiempos,
hoy, amparan la historia que
enseña.
Así y sin embargo, dentro,
también alto y claro,
hablas de saberes y cultura
de la paz y el progreso,
de lo divino y lo humano…
Ay, puertas que dan a dorado
o a la antesala de edenes y
cielos,
puertas y pórticos en patios
que cuentan en susurros
mil leyendas y cuentos.
Es de noche,
¡quién lo diría!...
En las tenues sombras
de una luz de plata
la soledad se disipa
y el alma se ensancha…
Me atrapó ‘la Alegría’
con murmullos amables
compartiendo secretos
de guerras y paces…
En las sombras de la luna
reverberan mil y una voces
entreluces de columnas,
es la verdad de la noche.
En los yesos de mil años
atauriques de forestas
y frases de gloria eterna…
Que ‘in sha’a Allah’[1],
mientras la vida vaya y venga
con sus enredos y cuentos
será en pie el monumento
su historia y la de sus
pueblos.
En ‘los pasos perdidos’
encuentro siseos de luces
que ondulan en las aguas
dormidas.
Dorada noche de otoño
en los sitios del hombre,
en sus ‘pasos perdidos’,
en las salas del sur y del
norte…
Una luna que embruja
entre brisas que silban
suaves
entre trinos callados del
agua,
entre cantos dormidos,
mecidos en las ramas aun
floridas…
Más, por más que quisiera el
sultán,
aquí se quedo su ‘Alegría’
y aquí aun el ‘trovador’
canta,
que leonores siempre aguardan
a Manriques por Antonios…
Que en la vida, si es vivida,
serán las tragedias y las
penas
porque existe la esperanza y
la alegría.
Hasta siempre…
en los vientos de una noche
tranquila,
en los fríos templados del
Ebro,
en el alma de una luna sin
destellos,
de sus brazos de plata
que acunan los trinos
callados del agua…
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Cuando un poema nos lleva a tomar la palabra...