Casida de las plazas perdidas

Casida de las plazas perdidas
©Nártleb-2013

Por las plazas del Cairo
vi dos vientos encontrados,
el uno era primavera,
el otro invierno helado.
De Tahir vítores
ansia de un tiempo parlamentado,
por la libertad sin tumbas
en las urnas armado.
Y la primavera fue pasando,
dando lugar al verano
y en él el calor del alma y sus reglas,
¡qué las urnas cantaron!
Se echó al dictador
pero no la pena del dictado,
que la religión excluye
cuando está gobernando.
De nuevo las armas
y otro gobierno derrocado.
Eterna discusión,
¡¿el estado y la religión
habrían de ir separados?!
Ahora en Rabea y al-Nadda
se levantan los depuestos,
cruenta es la batalla
que deja decenas de muertos,
¡una herida abierta
para, de nuevo, un largo invierno!

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